Sorteando realidades

Esperan cosas de vos, te enloquecen

Esperan cosas de mi, me marean

Ahora, ya, en este instante

Gritos, quejas y reclamos.

Te enceguecen, te implosionan

Giras y giras desesperado

No aguantas y te vas.

Y nos encontramos.

Juntos desaparece el caos cotidiano
Desaparecen las dudas y el temor

Sobre el pasado y el futuro

Sobre quienes somos y que buscamos.

Todo es aquí y ahora
Tan simple y sencillo

Como un abrazo y un te quiero

Abarca todo y nos libera.

Encontramos esa paz que otros nos quitan
O que pretenden a costa nuestra

No hay ausencias o egoísmos

Sólo amor en demasía.

Se expande y nos hace volar
El único exceso totalmente inocente

Inefable, inmarcesible y etéreo

Un fenómeno sin muerte.

Una magia incandescente.

Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Justo frente a nuestros ojos

Nadie lo esperaba...

Ella lo miraba de lejos,
Cómo algo inalcanzable,  cómo una estrella.
Pero ella era invisible,
Y él salía con otro tipo de chicas.
Pero no sabía que...

Él también la miraba,  de lejos
Creyendo que una chica como ella
No estaría con un chico como él
Que lo miraría con desdén.

Pero un día algo pasó.
Él la sorprendió mirándolo, sonreía
Rápidamente desvió la vista,
Era demasiado tarde
Él vió que tenía una oportunidad.

Comenzaron a hablar.
Tenían mucha química,
Desarrollaron una increíble conexión.
Ella no podía creerlo,
¡Él creía que era linda!
Él estaba encantado,
¡Ella le había dado una oportunidad!

Y así comenzó su historia.
La más hermosa que jamás escuché
Llena de alegrías y emoción
Y ambos aprendieron,
El que no arriesga no gana.

Y el amor puede estar escondido ahí,
Justo frente a nuestros ojos.

Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Una Carta

Sus ojos acarician la carta que le dí

Esa carta que tenía un colibrí

Lo tenía tatuado 

Era alado

Estaba al lado

De un bisturí

Loco. Extraño. Amado

Dicen que había soñado

Con un señorito

Nada anaranjado

Pero acongojado

Un señorito

Nada enojado

Pero renegado

Esa carta que le dí

La del colibrí 

Era volada

Era velada

Era viento

Era aliento

Hambriento

Esa carta, corta

Era el colibrí

Que viví 

Cuando salí

Con él.

Admirarte en silencio

No te entiendo
No logro captar la esencia de tu alma
Busco las formas, los patrones
No logro comprenderte.

¿Qué te mueve, qué te impulsa?
Quiero saberlo todo
Y vos podes decírmelo.
Pero no, no lo haces.

Y debo entenderlo
Debo aceptarlo
No puedo tenerlo todo
Tenerte todo.

A pesar de que lo jures
A pesar de que prometas
Que eres mío
Que me perteneces.

Nunca podré tener tu alma
No del todo
Y está bien
Los pájaros son más hermosos volando en libertad
Sólo puedo limitarme
A admirarte en silencio...

Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Hate

El odio es...

Es como el fuego,

te carcome y te deshace

Como la lava,

te penetra y te diluye.

Como el humo,

te rodea y te asfixia.

Como el abismo,

te atrae y te traga.

Como el agua salada,

te engaña y te mata.

Es como la brea,

una vez que caes

es difícil salir.

Y lo más probable

es que sólo te destruya

lenta y dolorosamente.

 Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Love

Un poco más... 

                              He kisses her neck.

Un poco más... 

                              And again.
Un poco más... 

                              And again.

Sigue...                 

                             He caresses her body

Así...

                             He kisses her lips

Sí...

                             He looks at her waiting 

Ahora...

                             He obeyed her eyes full of desire

      

                         



Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Soltar

Reconciliarse con el pasado
Y seguir adelante.

No hay otra forma u otra manera
Sino este no nos soltará jamas.
No nos permitirá avanzar. 

Sino esa enfermiza obsesión te arrastrará al infierno.

A veces es difícil y aterrador
Pero es necesario. 
Si arrastramos cargas muy pesadas

¿a dónde podemos llegar?

Soltar...
Es tan hermoso y liberador
Sólo es cuestión de arriesgarse

De animarse.

Te vas a sentir liviano
Tan libre y natural
Y no vas a entender,

¿por qué no lo hiciste antes?

Esta bien.
Todos tenemos nuestros tiempos
Pero ahora es el momento

Ahora o nunca...

Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Amar

Verte y sonreír
Encontrarte entre tanta gente
Rodearte con mis brazos
Decirte lo que siento
Amarte sin secretos
Dedicarte todos mis pensamientos
Entregarte mi mente
Regalarte mi corazón
Ofrecerte mi cuerpo

Abrir las puertas del alma
Mostrar el interior
Olvidar el pasado
Renacer juntos

Bren Moloney - Derechos reservados de autor 

Todo depende de uno

Los cambios reales,

los cambios profundos y verdaderos,

dependen de uno.

Lamento si así destruyo su esperanza
de que alguien venga a salvarlo

de que alguien abra su jaula.

Los cambios reales,

dependen de uno,

ni de él, ni de ella, de uno.

Lamento informarle, 
pero así lo ayudo.

Y deja de mirar anhelante por la ventana.

Y deja de soñarse volando en libertad.

A veces uno no se da cuenta,

necesita de un recordatorio, una advertencia.

Mire bien, nadie lo está encerrando,

nadie lo ata a nada.

La jaula la creo usted,

y usted mismo la tiene cerrada.

Y cuando pueda salir de su asombro,

cuando pueda superar sus dudas.

Empuje la puerta y salga.

Le aseguro que me lo agradecerá...

Bren Moloney - Derechos reservados de autor

Ese momento es plenitud

Suavidad, risas y calor

Caricias, besos y abrazos

Complicidad, miradas que dicen todo

Irse a dormir así es la gloria

Me trasladas al cielo...

Y el despertar es igual

Suave y natural

Y trae consigo más alegrías, ¡Como si eso fuera posible!

Más magia, que me acompaña durante todo el día

La felicidad podría reducirse a ese momento.

Bren Moloney - Derechos reservados de autor

El León y la Serpiente

Él es un león
De cachorro era flaco y algo pequeño,
pero se ha convertido en un ejemplar grande y de hombros poderosos.
Tiene el pelo castaño y siempre volando en el viento,
los ojos amarillos de un gato y cicatrices de viejos combates en los que salió vencedor.
Si está de buen humor ronronea, juega y parece inofensivo.
Cuando su manada se ve amenazada, el león mata ferozmente, sin pestañear.

Ella es una serpiente
Su cuerpo es esbelto y parece hecho de oro blanco y plata.
Se mueve con sinuosa elegancia y sus ojos lo ocultan todo.
Contiene la sabiduría de los pueblos antiguos y la tentación de la Biblia.
Es astuta, orgullosa y traicionera.
Ella, como todas las serpientes, sólo ataca cuando se ve amenazada.


Los leones y las serpientes casi nunca se mezclan,
pero a veces ocurre...
El león podría despedazar a la serpiente con sus garras y colmillos,
reducirla a pedazos, pues es más fuerte.
La serpiente podría envenenar al león, hipnotizarlo y asfixiarlo lentamente,
convertir su cuerpo cenizas, pues es más astuta.
Pero no lo hacen.

De vez en cuando el león hiere involuntariamente a la serpiente con sus garras,
está en su naturaleza.
De vez en cuando, la serpiente suelta más veneno del que pretendía, 
también está en su naturaleza.
Cuando esto ocurre, el león lame las heridas que ha causado,
y la serpiente succiona el veneno que ha inoculado.

Al león le gusta cubrir el cuerpo de su amante por la espalda, 
someterlo a su peso. Ruge con satisfacción.
La serpiente seduce a su amante con sus movimientos, 
lo envuelve en susurros febriles e hipnotizantes y lo deja sin voluntad. 
Se desploma en silencio.

Para el león, 
la serpiente es una hermosa criatura de otro mundo.
Le atraen sus colores, su lengua afilada. Le intrigan sus silencios y sus misterios.
Le apasiona hacerla jugar y reír

Para la serpiente,
el león es protección, es luz.
La serpiente ama al león porque en su compañía encuentra el calor que anhela,
y no puede producir sola.
Su león es el único ser vivo que jamas traicionaría.

Porque el amor tiene su propia magia, 
el león y la serpiente, 
también pueden enamorarse.

El corazón de un dragón

Nunca lastimes el corazón de un dragón

No hay criatura más sensible y desconfiada

Pero cuando abre su corazón lo hace completamente

Y muy pocos son los afortunados,

Su corazón es cálido y abrazador

Gusta de hacer feliz al otro

Sólo a las personas que elige.

Pero cuando alguien se atreve a traicionar su confianza
A destruir palabra a palabra su entregado corazón
Nunca podrá volver a éste
Nada será igual
Nunca podrá reclamar nuevamente el hermoso calor reconfortante
El corazón del dragón se congelará y cerrará para siempre

Y cuando logre ver lo perdido                   

Cuando realmente el destructor caiga en la cuenta                                                     

Cuando desesperado grite e implore por perdón, 

sólo se encontrará con una caverna de hielo, 

vacía, dura y fría.                                  

Se encontrará atrapado en su propio error      

Su propio calvario creado por sí mismo           

Y en el vacío retumbará el eco de sus súplicas, que el dragón no escuchará              

No porque no quiere, sino porque no puede.

Nunca lastimes el corazón de un dragón, 

porque cuando lo haces éste desaparece para siempre.                                                              
Ni más,  ni menos.                                           

Nunca podrás volver al cálido corazón que no supiste apreciar                                                 

Sólo te queda ahogarte en tu caverna helada y desolada

Para siempre...

Bren Moloney - Derechos reservados por autor

La bruja que se esconde en su placard

"Siempre temió en dejarse convencer por la bruja que se esconde en su placard." Rata Blanca

¿Quién no temió alguna vez dejarse convencer por las voces que hay en su interior?
Pocas personas admiten abiertamente escucharlas, pero todos tenemos voces
Voces caprichosas, voces egoístas, voces demandantes
Voces racionales, voces bondadosas, voces amables
Y ellas gritan queriéndose hacer escuchar en un mar de confusión
Nos envuelven y enloquecen
Pero sólo son voces, nada más
Nosotros elegimos que hacer, ¿verdad?
Nosotros somos completamente los que dirigen.

Como nos gusta creer ésta terrible mentira

Como nos gusta engañar a la realidad y eludirla

Necesitamos de ella, sino todo sería como en nuestro interior

Un mar de caos, confusión y delirios.

Bren Moloney - Derechos reservados por el autor